Hoy tocan, pues, reflexiones con humor. Hace unos días fui a comer a una conocida cadena de bocadillos. Al terminar el pedido, un solícito empleado me dio el siguiente cupón:
Traducción: POR LA COMPRA DE TU MENÚ GRATIS el mismo bocadillo para tu acompañante. Exceptuando los bocadillos marcados con (!). Bocadillo de valor igual o inferior. Promoción no acumulable a otras promociones. Válido hasta el 31 de diciembre del 2009 librando este cupón en los establecimientos con el distintivo eatout en la puerta.
¡Qué alegría la mía! Como da la casualidad que al día siguiente también tenia que salir a comer fuera y además acompañado (por cierto de la chica de la “no-operación” de unas entradas atrás) me ilusioné: Estupendo, un dinero que nos ahorraremos.
Al día siguiente tendríamos una hora y media aproximadamente para comer antes de volver a trabajar así que empecé a planear qué podíamos hacer. Primero iríamos a comer al establecimiento que nos había proporcionado el cupón, luego a una tienda cercana a comprar incienso, luego… Luego mi mente se detuvo en seco. Lentamente, mis manos tantearon distintos bolsillos hasta dar con el cupón. Mi espalda sintió un frío sudor a lo largo de la columna, no podía ser… Y finalmente, mis ojos releyeron una frase del cupón: “Válido hasta el 31 de diciembre del 2009”.
Antes de seguir con el relato apuntaré pequeño detalle, principalmente para posibles lecturas futuras. Hoy es 1 de marzo del 2010 y hace unos días significa mediados de Febrero de este mismo mes.
¡Me dieron un cupón ya caducado! Jugaron con mi ilusión. Nunca podré cambiarlo por un bocadillo de valor igual o inferior para mi acompañante… Supongo que podéis imaginar mi frustración.
Pero ahora, fríamente, pensemos en ello. ¿Qué pretende una empresa repartiendo cupones caducados? ¿Conseguir clientela a base de fraude? ¿Atraer clientes potenciales a su establecimiento que, una vez rechazado el cupón, se resignen a quedarse en el establecimiento? Sea como sea, no pretendo hablar de ello sino de la ilusión.
La ilusión es deseo. Alguien quiere algo y lo quiere fervientemente. Es potencial. ¿Que nueva creación hubiera sido posible sin ella? Es motor. Mueve el mundo y a los que en él habitan. Es amor. Nunca nace sin ella. ¿Quiere alguien jugar con la ilusión ajena? ¿Quiere alguien arrebatársela a su dueño? Yo no.
Si se dice que de ilusiones se vive nunca se la quitéis a nadie, podría dejar de hacerlo.
lunes, 1 de marzo de 2010
Las multinacionales ya no pueden reírse más de nosotros…
Publicado por Dani! en 3/01/2010 07:12:00 p. m.
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