Hace pocos días llegó a mis oídos un suceso bastante impactante. Una amiga mía fue desterrada de por vida de un bar llamado “The Avenue” en St. Joan Despí. Puede parecer una noticia como cualquier otra, todos sabemos que los jóvenes a veces olvidan los modales, que alguna vez se sobrepasan con el alcohol o que simplemente no se animan a cumplir las normas de los lugares pero este no es el caso.
La chica en cuestión, y su grupo de amigos, solían ir semanalmente al lugar desde hacía ya bastante tiempo. Nunca habían recibido un trato excepcional pero era un buen lugar para tomar algo, teniendo en cuenta que no es una zona poblada de bares, pero esa noche les obligó a romper su rutina habitual.
Mi amiga y una amiga suya quedaron directamente en el bar para tomar algo mientras esperaban a un tercero que llegaría al cabo de un rato. De modo que se sentaron en la última mesa para cuatro personas libre (el lugar sólo dispone de mesas para dos o cuatro personas). Al poco tiempo llegó la camarera:
Camarera: Van a cenar?
Ellas: Sí, pero estamos esperando a un amigo que también cenará con nosotros. De momento, nos pone dos Coca-Colas, por favor?
La camarera las trajo. Poco después entró un grupo de gente a cenar pero al no haber mesas libres esperaron su turno. Pero la camarera no vio entrar gente, vio entrar dinero, así que les dijo a mis amigas:
Camarera: Pónganse en la mesa de 2.
Ellas: Es que vamos a ser tres personas, nuestro amigo está apunto de llegar.
C: Pues cogen un taburete y se sientan ahí.
E: Pero no cabremos, que vamos a cenar.
La camarera puso mala cara y volvió con el jefe, que repitió la conversación con un último comentario:
Jefe: Le doy 5 minutos para aparecer.
Muy poco después llegó el tercer amigo y ellas le pusieron al corriente de lo sucedido. Entre los tres tomaron la decisión de no quedarse a cenar debido al mal trato por parte de los empleados. En cuanto llegó la camarera a tomar nota de la cena ellos le dijeron que ya no cenarían, que se terminarían las Coca-Colas y se irían. Así lo hicieron.
Una vez en el mostrador pagando el jefe les deleitó con dos frases más:
Jefe: Aquí no volváis más… Voy a perder yo una mesa de cuatro por vuestras tonterías…
Sinceramente, no lo entendí. Siempre he pensado que hay dos razones para abrir un bar: que disfrutes tratando a la clientela o el dinero. El caso de la avenida es claro, fue el dinero, de otra forma no se entendería lo sucedido. Pero me pregunto yo, qué da más dinero, un grupo de gente que va a cenar (que hubiera cenado de todos modos por que estaban esperando su turno) o un grupo de clientes habituales que van a cenar ahí con bastante frecuencia?
El propietario del bar tomó una decisión equivocada pero eso no es lo peor. Quebrantó una ley sin tener consciencia de la misma ya que para poder ejercer el derecho de admisión hay que mostrar una placa visible en el local con los requisitos para la misma y éste no lo hace (Anexo 1).
martes, 9 de marzo de 2010
The Avenue o fidelidad vs. dinero
Publicado por Dani! en 3/09/2010 04:14:00 p. m.
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